La apariencia es importante sin duda. Pero en ocasiones se necesita ir más allá en los aspectos psicológicos de la personas cuando lo que queremos es mejorar la imagen de un cliente y su autoestima.
De hecho, el trabajo de un Coach de Imagen combina varios factores importantes: una vertiente psicológica, una conciencia corporal o imagen que tenemos de nosotros mismos y una proyección o imagen que damos hacia el exterior.